Premio emblemático
Vista Hermosa Natural Park
Studio-MLA, Los Angeles
Por Mimi Zeiger
A finales del siglo pasado, los 10 acres donde se sitúa el parque Vista Hermosa Natural Park eran un bosque de torres petrolíferas. Situadas en las afueras del incipiente centro de Los Ángeles, docenas de pozos sustituyeron a los matorrales autóctonos de salvia y chaparral. Una fotografía de 1901 muestra un paisaje envenenado en el que brillan charcos de lo que podría ser agua – o petróleo.
Un siglo después, la tierra seguía siendo un desastre tóxico. Las casas de la clase trabajadora (construidas décadas después de la perforación) fueron arrasadas para dar paso al centro educativo llamado Belmont Learning Complex. Un proyecto del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, el campus de enseñanza de escuela media y un complejo de viviendas, valorado en 200 millones de dólares, fue considerado en su día “la escuela más cara de los Estados Unidos” y pretendía llevar el aprendizaje de alta tecnología al vecindario Temple-Beaudry de la ciudad. Pero en el año 2000, la construcción se paralizó y el proyecto se vio envuelto en un escándalo político que alcanzó a los principales medios de comunicación
The Nation describió el lugar como “un edificio de ladrillos color melocotón y beige a medio construir que se eleva sobre colinas de tierra, mostaza silvestre, basura esparcida y plantas rodadoras”. Bajo ese bricolaje urbano acechaban los peligros dejados por la especulación petrolera: gas metano, sulfuro de hidrógeno, benceno, manchas de crudo. Más profundo aún, una falla.
Las condiciones seguían siendo las mismas cuando el Studio-MLA y KPFF Consulting Engineers se embarcaron en el diseño del parque Vista Hermosa Natural Park unos años más tarde, un terreno en un pendiente situado entre las arterias que conducen a los rascacielos de Bunker Hill y un barrio de bajos ingresos, principalmente latino. Desarrollado para una asociación del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, la cuidad de Los Ángeles y Mountains Recreation and Conservation Authority, el encargo de la empresa consistía en transformar este terreno difícil y descuidado en un espacio verde para la comunidad, una tarea que exigiría reparar heridas ecológicas y sociales.
Cuando Vista Hermosa abrió sus puertas en 2008, fue el primer parque público nuevo en el centro de Los Ángeles desde 1895. Hoy, lo que era un descampado abandonado es ahora un hábitat urbano. Más de 600 árboles – robles de la costa, alisos blancos y sicomoros de California – dan sombra a las terrazas excavadas en la ladera. Se celebran fiestas de cumpleaños y picnics, se pasea a los perros y se toma el sol. El césped ofrece algo más que una “hermosa vista” del centro de la ciudad: sirve también de cuenca para retener el agua de lluvia. El sonido de los pies de los niños cruje en los sinuosos caminos de grava descompuesta, con bordes suavizados por matorrales de hierba pluma y salvia.
Es raro encontrar en Los Ángeles un lugar que sea a la vez urbano y un poco salvaje. En un extremo del espectro está el cliché de los jardines cuidados y en el otro la gran extensión poblada de pumas de Griffith Park y las montañas de Santa Mónica. Vista Hermosa se encuentra en el medio: un patio de recreo de entre especies. En 2016, el parque fue objeto de una investigación de estudio de la Landscape Architecture Foundation Case Study, que identificó 60 especies de aves y una camada de cachorros de coyote.
Los datos del estudio, sin embargo, destacan mejor las formas en que los espacios recreativos producen equidad social. Vista Hermosa da servicio a unas 21.000 personas en los densos barrios circundantes, sin parques, donde, en el momento en que se realizó el estudio de caso, la renta familiar media era inferior a 44.000 dólares.
Años antes, durante el desarrollo del diseño, Mia Lehrer, FASLA, y su equipo realizaron una amplia investigación y organizaron talleres con los residentes. Pidieron a los niños de la zona que dibujaran lo que querían ver en un parque y recogieron dibujos a lápiz de árboles verdes, arco iris y columpios. Esas imágenes se manifestarían más tarde en un área de juegos donde los niños pueden trepar por estructuras escultóricas de serpientes y tortugas cerca de la parte superior del parque y en la terraza central, donde un anfiteatro de gruta con un arroyo bordeado de rocas e iris se utiliza para la programación pública en inglés y español (un promedio y medio de 67 programas al año, según los resultados del estudio de caso). Un campo de fútbol de césped artificial en el nivel inferior adyacente al aparcamiento es el más formal de los elementos del programa del parque, y está increíblemente bien utilizado. El informe de 2016 mostró que el campo da servicio a entre 1.500 y 2.000 atletas a la semana.
¿Y qué sucede del paisaje tóxico que hay debajo? Está ahí, como recordatorio de la historia extractiva de la ciudad, pero está controlado y oculto. Studio-MLA colaboró con los ingenieros de SCS Engineers para mitigar el impacto ambiental de los campos petrolíferos. Se retiró la tierra superior contaminada y se añadieron nuevas capas de tierra fresca. Se instaló un sistema de ventilación para evitar la acumulación de gases alrededor de los edificios del parque y otras infraestructuras duras.
En 2011, Curbed pidió a Lehrer que predijera cómo serían los espacios verdes de Los Angeles dentro de 20 años. “Serán ricos en biodiversidad y en gente: tras años en de pasar tiempo en patios privados, la gente de Los Angeles se reúne por fin en espacios públicos, se apropian de ellos y disfrutan de la interacción social”, respondió ella. Poco más de una década después, con una pandemia y una sequía de por medio, su visión no podía ser más profética. Vista Hermosa tardó más de 100 años en convertirse en parque, y ahora señala el camino hacia el futuro.
Cliente: Mountains Recreation and Conservation Authority, Santa Monica Mountains Conservancy, Los Angeles Unified School District