MARVEL Y MECANOO DAN UNA SEGUNDA VIDA A UN HISTÓRICO TEATRO DE LOS BERKSHIRES.
POR JANE MARGOLIES

Cuando un incendio destruyó el teatro Doris Duke del campus de Jacob’s Pillow en 2020, fue un duro golpe para el renombrado centro de danza de Becket, Massachusetts, y en general, para la comunidad internacional de la danza. El Duke, como se le conocía comúnmente, había sido una parte muy querida del rústico campus de 220 acres en los Berkshires, en un edificio parecido a un granero donde se incubaban y representaban obras experimentales y se iniciaban artistas legendarios.
La única forma de superar esta “terrible tragedia”, dice Pamela Tatge, directora ejecutiva y artística del Pillow, era verlo como una oportunidad para mejorar el Duke, construido en 1989 y carente de las capacidades tecnológicas de los teatros más modernos. Un sustituto podría diseñarse para albergar todo tipo de representaciones y estar equipado con la última tecnología. Pero el nuevo teatro tendría que encajar en su entorno – Jacob’s Pillow es un Monumento Histórico Nacional y, en opinión de los responsables del Pillow, también tendría que respetar a la población nativa mohicana que ocuparon originalmente el terreno, así como a otras tribus que vivieron en la región.
El plan que ha surgido, producido por un equipo que incluye al estudio de arquitectura holandés Mecanoo como arquitecto de diseño del edificio, a Marvel, con sede en Nueva York, como arquitecto de registro y paisajista del emplazamiento, y al artista choctaw-cherokee Jeffrey Gibson se ha comprometido a crear un paisaje tan intencionado como el nuevo y mejorado Duke.

El nuevo teatro tendrá más del doble de tamaño que el antiguo, pero se ha diseñado para que se integre en la arquitectura vernácula del Pillow y en el entorno boscoso. Delante del edificio, dos elementos paisajísticos reconocerán la cultura indígena. Uno es un fogón (elemento sagrado, ya que los fogones suelen ser lugares de reunión) y el otro un jardín medicinal (que suele marcar la entrada de una casa). Encima del teatro, un tejado verde recogerá el agua de lluvia que se utilizará para las cisternas de los retretes y el riego. El sedum y otras plantas del tejado ayudarán no sólo a la sostenibilidad, sino también a la acústica, dice Yadiel Rivera-Díaz, ASLA, socio de Marvel que dirige su estudio de arquitectura paisajista, señalando cómo las plantas absorberán el ruido exterior y minimizarán así las distracciones de los bailarines.
En la parte trasera del edificio, una zona de césped donde a los bailarines y al personal les gustaba reunirse se formalizará como un “cuadrilátero de artistas”. El suelo se nivelará para que los bailarines puedan actuar en la veranda de este lado del edificio con el público sentado en el césped. En consonancia con el carácter natural del campus, las rocas de los bordes del patio “ayudarán a enmarcar las vistas hacia la veranda”, explica Rivera-Díaz.

Otras rocas flanquearán bancos a lo largo de senderos serpenteantes, uno de los cuales se curvará alrededor de dos árboles que sobrevivieron al incendio y se han convertido en conmovedores recordatorios del suceso. Un roble rojo plantado hace años, en honor del director de Pillow cuando se construyó el Duke original, estaba quemado por un lado, y sus raíces resultaron dañadas primero por los bomberos que sofocaron el incendio y, más tarde, por los contratistas que se llevaron los escombros. Un roble más viejo situado junto a él escapó a las llamas, pero también sufrió daños en las raíces.
Por ahora se ha reunido 28 millones de dólares de los 35 millones necesarios para poner en marcha el plan y crear una dotación para el nuevo teatro. Si se cumplen los objetivos de recaudación, se espera que el nuevo teatro esté terminado en 2025. Pero al menos una cosa ya está ocurriendo: El Pillow ha contratado a Greg Beck, un experto arboricultor de Bartlett Tree Experts, para tratar los robles dañados por el fuego, que se han convertido en símbolos de supervivencia y crecimiento.